Triques
La alcaldía Coyoacán, al igual que Cuauhtémoc, ambas gobernadas por el PAN gracias a las artimañas de Ricardo Monreal, arremeten contra las tradiciones del lugar y violenta los derechos de quienes las practican, sobre todo tratándose de oficios relacionados con las costumbres y la preservación de su origen.
Giovanni Gutiérrez, desde el principio de la administración, expulsó a los vendedores de artesanías de las inmediaciones de la alcaldía con el pretexto de mejorar la imagen, tal y como suele anunciar la alcaldesa de Cuauhtémoc, desconociendo las tradiciones del lugar y las necesidades de su gente. Además, dejando sin trabajo a personas humildes, que vendían artesanías y dulces típicos de la localidad.
Pero esto es sólo el principio de las anomalías que se imponen en Coyoacán, que llegan a la violación de los derechos de los habitantes y la incitación a la violencia social, porque en mercados como La Bola, el alcalde, apoya a la señora Huggete Hernández, quien se adueñó de la administración y los recursos de los locatarios, quienes ya la han denunciado por varios delitos, entre los que destacan agresiones y amenazas. Los locatarios son despojados de sus derechos para elegir la administración de su mercado, con la anuncia del alcalde. Por si fuera poco, las autoridades apoderaron de los baños, y los funcionarios se quedan con ese dinero, cuando, por ley, está destinado a las mejoras del mercado.
Se ha denunciado una serie de anomalías contra el encargado de Mercados de la alcaldía, Jorge Alfredo Hernández Pérez, quien pareciera que le pagan por hacer negocios y no por poner orden en el caos que existe.
En las calles de Candelaria y Circunvalación, en la Colonia Atlántida, los camiones, pertenecientes al Grupo Ruano, propiedad del gánster, Fernando Ruano, son tomadas todas las noches como estacionamiento donde los choferes impiden el sueño de los vecinos a lo largo de estas dos calles, en las banquetas hacen sus necesidades, tienen música a todo volumen, por si fuera poco, se dan el lujo de impedir el tráfico atravesando camiones por esas dos calles cuando así lo consideran conveniente.
Las quejas han motivado no sólo reuniones con los encargados de tránsito de la alcaldía, quienes están comprados por el Grupo Ruano, quienes se sienten dueños de las calles y de la higiene de este lugar. Los vecinos han amenazado incluso con dispararles o aventarle bombas molotov a las unidades que también utilizan como hoteles de paso, ante las violaciones a sus derechos.
Desde la llegada del panista Giovanni Gutiérrez a la alcaldía de Coyoacán, se multiplican los camiones de mudanzas en las calles que toman como si se tratara de sus oficinas, que incluye dinero para policías, autoridades, encargados de vía pública y, una gran molestia para los vecinos.
La inseguridad se ha desbordado, sobre todo en el rubro de autopartes y asalto a transeúnte, a toda hora. El repudio de la población de Coyoacán revive el debate sobre la legalidad y transparencia del triunfo electoral de Giovanni Gutiérrez, a quien nadie conocía, y no hizo campaña.
Porque en esa localidad fue muy sospechoso que ganará Giovanni y el impresentable Gabriel Quadri, cuando tradicionalmente se hablaba de un bastión de izquierda en lo general y de Morena en lo particular. El rumor generalizado en la alcaldía es que Monreal, a través de terceras personas operó para el triunfo de los panistas porque en ese momento pensaba en ese partido para ser el candidato a la Presidencia dela República.
En algunas colonias de la alcaldía, se les recogieron las credenciales a la gente días antes de la jornada electoral a cambio de 1,000 pesos y se les regresó en los días posteriores.
El PAN toma la práctica administrativa como un negocio y no como un servicio.
