Triques
Los amparos que tienen suspendida la reforma educativa en México muestran la clase de educación que quiere la derecha para México. Los amparos en el tema de educación que impiden que se concrete la manera en que gobierno federal ha decidido implementar un nuevo esquema, molesta ala derecha más allá de montarse en el sistemático “no” a todo lo que proviene del gobierno.
Aglutinados en la asociación Educación con Rumbo, vinculado al clero y a la derecha crea no sólo una postura sino una trinchera para no dejar trabajar al gobierno y, de paso, imponer su criterio en materia de educación.
Esta federación de asociaciones conservadoras contiene otras en su interior dignas de tiempos lejanos que no debieran existir por lo añejo de su pensamiento que pareciera más ligado a la Colonia que a la modernidad. Educación con Rumbo la integran nada menos que asociaciones de derecha, asociados con empresarios y con el PAN, como Suma por la educación, ubicada en la colonia Del Valle, muy cercana a Coparmex; el Instituto de Análisis de Política Familiar; la siempre derechista Unión Nacional de Padres de familia,
Suma por la educación Ligada a Coparmex, Instituto de Análisis de Política Familiar, Unión Nacional de Padres de Familia, Grupo Educación, brazo político de la UVM, y lo inevitable, Seamos Héroes, que encabeza el ex actor, ex asesor de Trump, Eduardo Verástegui, con su asociación Seamos Héroes, ubica en Polanco, en la calle de Anatole France.
La actual ocupación de Eduardo Verástegui, es organizar la Conferencia Política de Acción Conservadora donde hablarán lo más rancio del fascismo del siglo XI, como un argentino llamado Javier Milei, quien entre sus propuestas más famosas está la de privatizar las calles, es decir, que se cobre por transitar por ellas y que el Estado sólo se dedique a administrar servicios, dejando todo el poder a una camarilla de privilegiados.
Entre otros invitados están el asesor de Trump, Steve Bannon; el nieto del dictador dominicano, Rafael Leónidas Trujillo; el hijo del l presidente de Brasil Jair Bolsonaro, de nombre, Eduardo; el racista senador republicano Ted Cruz, entre otras joyas medievales.
Aquí lo realmente peligroso es la intención de intervenir en la educación del país, con elementos que fueron superados hace mucho tiempo, por ejemplo, en el caso de la federación de asociaciones llamada Educación con Rumbo, que dirige José Francisco Landero tienen como una de sus principales propuestas la descentralización de los libros de texto, esto no habla de la relación entre las publicaciones y las costumbres y tradicionales de las regiones donde se reparten sino que se cada quien edite un libro de texto según su muy particular manera de ver la educación.
Es un peligro porque sabemos que la derecha tiene entre sus consignas el elogio a la educación franquista, realizada durante la feroz dictadura del español Francisco Franco y que se define popularmente de esta manera:
“La escuela durante el franquismo volvió a separar a los niños de las niñas, es decir, volvió a ser segregada. En el caso de la mujer, esta educación obedecía al papel que se quería conseguir de ella: cuidadora de los hijos, soporte del hombre y educadora de las nuevas generaciones de niños y niñas. En esta época, las mujeres se encontraban en segundo plano. Con este fin se creó la Sección Femenina cuyo ideal era una mujer sumisa a su marido, religiosa y patriota”.
Sigue la definición de Wikipedia: “El sistema educativo franquista se ha definido como autoritario, nacional-católico, sexista, clasista, ultranacionalista español, dogmático, doctrinal y reaccionario, exactamente lo contrario que el sistema educativo de la República que se caracterizaba por ser democrático, laico, promotor de la igualdad de sexos mediante la coeducación, igualitario, integrador de las lenguas y culturas propias de las “regiones autónomas”, plural, contrario al adoctrinamiento y abierto a las innovaciones pedagógicas”.
Este es el esquema de la educación de la derecha mexicana, más ahora que depende tanto de España a la hora de pedir auxilio ante su famélica fuerza.
El sabotaje que hace la derecha a la educación lastima no sólo a la educación sino a la democracia que tanto dicen defender.
